Cuáles son las principales soluciones para
adoptar la factura digital, un régimen al que
ingresan cada vez más empresas con el objetivo
de optimizar procesos y reducir costos.
Antes para cumplir, ahora para optimizar.
Así podría resumirse la historia
de la implementación de la factura
electrónica en Argentina, que comenzó
en 2005 cuando la AFIP autorizó su
utilización. Poco tiempo después, el
ente recaudador obligó a empresas de
ciertos rubros, como obras sociales,
prestadoras de telefonía, televisión por
cable, proveedores de Internet, seguridad
privada, transporte de caudales,
entre otras, a emitir sus facturas tipo
"A" de manera digital. Y a futuro todas
deberán sumarse.
Las primeras implementaciones en
general se enfocaron sólo en cumplir
con la normativa de AFIP. Es decir, las
empresas no cambiaron sus procesos
de facturación habituales, desaprovechando
las ventajas de la factura digital.
Pero rápidamente comprobaron sus
beneficios. Entre los más interesantes
se cuentan la "despapelización", la automatización
de la emisión y recepción
de documentos, el incremento de la
seguridad y la mejora de la gestión de
cobranzas. Beneficios que se traducen
directamente en reducción de costos y
aumento de productividad.
Una particularidad de la factura electrónica
en Argentina es que la AFIP
no reglamentó el intercambio de documentos,
un aspecto que dejó librado a
criterio de las empresas. "Al no existir
un estándar definido por la normativa,
como ocurre en otros países, son muy
valorables los esfuerzos que hacen organismos
como la Cámara Argentina de
Comercio Electrónico en este sentido",
afirma Eduardo Bottinelli, Gerente
de Desarrollo de Nuevos Negocios de
GIRE. "Creo que el mayor desafío es
la estandarización para evitar que cada
empresa deba desarrollar una interfase
diferente para procesar las facturas de
cada proveedor".
GIRE, empresa argentina entre cuyos
accionistas se encuentran Banco Santander
Río, Banco Citi y Banco HSBC,
desarrolló una solución integral que
contempla los requerimientos tanto de
facturación a empresas como a consumidores,
ya que muchas compañías
tienen ambas problemáticas. La solución
abarca todo el proceso: gestión
del CAE (código de pre-registración
electrónica de las facturas), emisión
de facturas, distribución a canales, etc.
Fue diseñada modularmente para adaptarse
a las diferentes necesidades de
cada empresa.
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