A más de 4 años del lanzamiento del régimen de factura electrónica en la Argentina, AFIP continúa extendiendo su alcance a más segmentos de la economía con el objetivo de aumentar su poder recaudatorio.
Si en enero de 2008 se habían
sumado al régimen 1251 contribuyentes, en julio de aquel año sumaban 1462, en enero de 2009 eran 2517, a mitad del año pasado 5778 y en diciembre la cifra había
ascendido a 11.448, según información brindada por el organismo. Para esta fecha ya se habían emitido más
de 135 millones de comprobantes digitales.
Cuando se lanzó la normativa
la adhesión fue voluntaria. Luego
se estableció la obligatoriedad para
ciertos rubros como obras sociales,
prestadoras de telefonía, televisión
por cable, proveedores de Internet y
seguridad privada. Más adelante, la
factura digital se impuso a las operaciones
de exportación (entrará en
vigencia entre mayo y julio de este
año) e incluso a los inscriptos en
el impuesto al valor agregado que
sean notificados por el organismo
fiscalizador. Pero más allá del alcance
cada vez mayor del sistema y la
sofisticación del mismo, si se tiene
en cuenta que comienza a incluir en
los comprobantes digitales información
de las operaciones comerciales,
muchas compañías empezaron
a obtener beneficios que exceden el
cumplimiento de la obligación fiscal.
Y es que dependiendo del volumen
de facturación que tengan, se estima
que el ahorro en concepto de emisión
y gestión de documentos (considerando
emisión, envío, recepción,
almacenamiento, búsqueda en archivo,
etc.) puede rondar entre el 40%
y el 80%.
"Las empresas se incorporan paulatinamente,
acompañando el ritmo de
las resoluciones del régimen obligatorio",
comenta Patricia Jebsen,
Vicepresidente de la CACE (Cámara
Argentina de Comercio Electrónico)...
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